top of page

-- Burakku entra en Dystopia --

▕ ᴀᴜᴛᴏʀᴏʟ ▏

Una vida diseñada para morir.
Un indescriptible impulso que nos lleva al instinto de muerte, sin remedio, sin parangón.
Un destino irrefrenable.
. . .
Hay quienes buscan venganza de esto.

Esta criatura es una de ellas. Se burla de la muerte con más muerte. Ella será eterna… Sí, será eterna… Solo necesita «devorar» más.

[BSO: https://youtu.be/I48bzvIf9Yc ]

Solo necesita continuar con su cacería en ese mundo creado por una mente abrupta, un paisaje surrealista en el que, para esta adalid emocional, solo existen tres reglas.

Mata, muere, repite.

Vaga por parajes nebuliformes de colores inimaginables y también de infinita escala de grises. Ella está en esas tierras. Pero no es.

No necesita existir realmente en ese sitio ni en ninguno.
No necesita amar.
No necesita tener una vida normal y corriente.

Sus pies irreales caminan. Su boca y nariz no respiran, mas no lo necesita. Sus ojos solo parpadean cuando necesitan enfocarse mejor en el horizonte.

Al acecho de un nuevo objetivo, a fin de seguir con su voluntad.

Es… un acto peculiar, el que en ese mundo se acontece. Las miles de entidades que como ella pueden vagar por ahí… En cuanto se hallan con ella, es cuando aparecen los conflictos. Es cuando 乃凵尺凡にに凵 intenta exterminarlas para que sus entidades reales del otro mundo dejen de sufrir.

Una rueda imparable. Un sino desprovisto de meta. Un camino incaminable, por el que ella camina. Aunque esa humana ya no tenga vida.
...Entonces…
Si esto se supone que tiene que ser así, ¿por qué le pasan estas cosas?

¿Por qué de pronto sí duerme?

. . .

- - -
- - -
- - -

. . .¿Y por qué ahora. . . despierta?
Qué cruel es esta existencia inexistente. No acaba nunca, y cuando parece acabar ella también tiene que despertar.

. . .Aunque. . . Ese mundo está demasiado cambiado. No es como la adalid lo recuerda.

[BSO: https://youtu.be/iE8nAwqOW7A ]

La luz solar se filtra entre el follaje de la arboleda. Pájaros cantan… pajaritos preciosos que revolotean y revolotean…

Burakku se levanta del suelo emblandecido por el suave césped que apunta hacia la dirección que sopla el viento, bailando con este.

Chequea unos instantes sus posesiones y vestimenta. Su chaqueta larga con la estrella blanca en la espalda sigue en su lugar, cubriéndole el cuerpo por encima de la ropa interior negra. Sus coletas sigue siendo las mismas. ¿Ella sigue siendo la. . . misma?

Entonces por qué su entorno no es el mismo.
Por qué parece todo real. Por qué no es El Otro Mundo ya más.

Por qué escucha lo que cualquier otro ser vivo escucharía. Por qué sigue sin haber emoción mientras hay afecto y nostalgia por lo que ve, escucha y huele.

Dónde está. Qué es.

Qué. . .

[BSO: https://youtu.be/2S5Fc6Pr660 ]

. . .Qué fue ese rugido.

Burakku se gira. Una sombra de alguna. . . bestia, de voluminoso tamaño, ha pasado en un abrir y cerrar de ojos entre los troncos de los árboles.

La tiradora inmediatamente materializa su Rock Cannon y dispara donde la última vez que vio esa sombra.

BOOM.
...No ha captado nada.

La sombra vuelve a aparecer, a las dos.

Dispara.
BOOM.
Nada.

Una tercera vez en otra localicación distinta. BOOM. Una cuarta. BOOM.

Con cuatro disparos, ya se ha levantado un fuego considerable en su alrededor y el terreno ha sido deformado.

A la quinta, la bestia se presenta ante ella… Feroz, hambrienta y con ganas de hallar una buena presa. Ve al ser sin ser que es Burakku y tiene claro que la va a atacar.

Burakku espera paciente. Cuando la bestia se le lanza encima como alma que lleva el diablo… Ella apunta una vez más con ese enorme cañón de color negro y desmesurado calibre.

Dispara.

Pero no sale proyectil alguno.

Entonces ella siente una /debilidad/ que no había sentido nunca jamás. Qué… Qué ocurre. Solo disparó cuatro veces… Cuando en muchas batallas que libró pudo hacer cientos y miles de disparos y no sentir cansancio ni desgaste alguno.

El recapacitar en esta incertidumbre fue su perdición.

La bestia desconocida alcanzó la carne blancuzca de la tulpa, desgarrándola y zarandeándola hasta quebrar y dislocar ciertas zonas de su anatomía. La chica de coletas azabaches se movía de un lado para otro indefensa, sus extremidades moviéndose como las de un muñeco. Las fieras sacudidas del monstruo no parecían tener fin.

¿Dolor? Ninguno. Mas aun así no se podía mover como cuando hizo otros montones de veces.

La bestia abrió la boca y separó las garras, liberando ese cuerpo inerte. La consideró muerta. En realidad en ningún momento la sintió como un ser vivo; solo la vio moverse, y fue suficiente para que la atacara. Pero ahora no se movía. Seguía teniendo la sensación de que esa… cosa había estado muerta desde el primer momento.

Burakku tenía los ojos abiertos. Pero estos no relucían. Su mirada estaba borrosa… se estaban apagando… se estaban cerrando.

Así, aquella nueva aventurera cayó por infortunio de su sino que hasta entonces creyó paralizado. Sin ella saberlo; solo con la conciencia de que su camino irrefrenable se había quebrado, su voluntad hecha añicos dejándola sin un rumbo tras tanto tiempo; sus MP y HP habían bajado a 0.

Esos orbes habían terminado por cerrarse. Entre las llamas, con huesos rotos y un miembro mutilado, alguien encontrará lo poco que queda de la Tulpa del Otro Mundo.

bottom of page